a leer!!


En esta pagina encontraréis unos cuantos mini- cuentos que podeis leer aquí mismo o imprimir para que os los lean en casa. ¡Esperamos que os gusten! Y ya sabéis, ¡no dejeis nunca de leer porque es super divertido y aprendéis un montón!!

  1. La muñeca azul
 
Un bello día , en un país muy...muy...muy..lejano había una casa muy...muy...muy... pequeña , donde vivía una niña que se llamaba Any, su abuela Karla , su gato Pablo y su muñeca Azul.
Vivían muy... muy..muy... felices,pero como en toda família hay algún problemilla.Lo que ocurría es que el gato no se daba bién con la muñeca.
En una tarde de verano, Any fue a recoger flores y su abuela a comprar pan. Azul y Pablo,se quedaron solos en casa. El gato como era muy malo tiró a la muñeca por la ventana. La pobrecita cayó en un río, y cansada de nadar de dejó llevar por la corriente.
Llegando en la cuesta se despertó, y se encontró con un lugar mágico, donde vivían duendes y hadas. Ella les pidió ayuda, quería irse a casa. Antes de irse preguntó como se llamaba ese reino, y ellos le respondió:"Mi querida niña,ese lugar se llama Nangiyala, el lugar encantado donde todos sus sueños pueden realizarse."
Ella contenta con la respuesta, cogió el mapa que una de las hadas mensajeras le había dado y se fue a casa, con el sueño y la ilusión de volver a ir a Nangiyala otra vez.


2. La pompa de jabón

Érase una vez un niño que estaba en la ducha y se encontró un pompa grande, que nunca explotaba.
La pompa y el niño se hicieron amigos.
Un día el niño se fue a jugar con sus amigos y dejó a la pompa en el baño con la ventana abierta
A los 10 minutos vino un viento muy fuerte y se llevo a la pompa.
En la calle hacia mucho frio. La pompa desde el cielo miraba a los niños como jugaban con sus juguetes el día de navidad. La pompa se sintió mal por que el día de navidad no estaba con su amigo.
Se hizo de noche y la pompa se refugio en un árbol para dormir.
Al día siguiente el amigo de la pompa se subió al árbol y vio a la pompa.Se la llevóa su casa, y celebraron la navidad.

3. El niño que perdió la pelota

Juanito jugaba a la pelota con su amigo Pepe, al lado de un río y en un lance del juego, la pelota se les cayó.
El río era muy peligroso, pues raro era el año que no se ahogara alguna persona en él.
Los padres sabedores de lo peligroso que era, siempre les aconsejaban a sus hijos que no se bañaran en él, si no estaban ellos allí.
Los dos niños con tristeza miraban como el río, dando salpicones se llevaba su pelota y se quedaban sin juguete para jugar. Aunque pensaron meterse en el río para cogerla, se acordaron de los consejos de sus padres y prefirieron perder la pelota y no otra cosa.
Juanito, que era el dueño de la pelota (con temor), le dijo a su padre como la había perdido y este, creyendo que su padre le iba a regañar, se quedó sorprendido, cuando el padre le dio un beso y le compró, la mejor de todas las pelotas

4.El niño que quería volar

Sentado sobre una piedra, Pedrito se pasaba el rato contemplando el volar de las águilas, y eso le había costado más de una bronca, por parte de su madre. Este vivía a unos tres kilómetros del pueblo y solía ir al colegio andando. Su mayor ilusión de siempre era volar algún día como los pájaros.
—Pero Pedro ¿como llegas tan tarde, si hace más de dos horas que terminó el colegio?
—He estado contemplando las águilas, me encantaría volar como ellas.
—Pero hijo, tú eres un ser humano, no un águila ¿además no tienes plumas?
—Ya lo se mamá, pero es superior a mi.
—Anda y coge la merienda Pedro, que se te va juntar con la cena y déjate ya de volar, que tienes muchos pájaros en la cabeza.
Al día siguiente estando sentado en su piedra y como siempre contemplando a las águilas, se le acercó una joven muy guapa y le dijo — ¿te gustaría algún día, volar como ellas?
Pedro que estaba mirando el volar de las águilas, no se había dado cuentas y se sobresalto un poco.
— No te asustes Pedro¬ —le dijo la joven, con una voz muy dulce—.
—Esa sería mí mayor ilusión señorita, pero nunca podré hacerlo— decía Pedrito, bastante desanimado—.
—Por que dices eso, de que nunca podrás hacerlo – le preguntaba la joven —.
—Señorita, yo no tengo alas ni plumas y si no tengo esas dos cosas, nunca podré hacerlo aunque me guste mucho.
—No tienes alas, pero tienes otros valores muy importantes.
—De que valores me habla usted.
—Desde ahora en adelante podrás volar y para hacerlo, solo tendrás que cerrar los ojos y pensar en volar.
—Señorita, muchas veces los he cerrado y hasta el momento nunca he volado.
—Ciérralos ahora y veras como podrás hacerlo.
Pedro cerró los ojos y como un águila fue volando y por primera vez, desde las alturas pudo ver su casa, el río, los animales y sentir la fresca brisa refrescando sus mejillas.
Cuando pedro abrió los ojos, la joven ya se había marchado. Esta le había dejado un mensaje escrito en el suelo, el cual decía “sigue siempre así y cuando quieras volar, solo tendrás que cerrar los ojos”.
Desde entonces Pedro se sentía muy afortunado, había conseguido lo que tanto deseaba.
En uno de sus muchos vuelos, vio a un amigo caerse en un pozo ciego y su rápida actuación salvo su vida.
Pedro estaba muy contento, por que además de hacer lo que tanto deseaba (que no todos lo consiguen), se dio cuentas que podía ayudar a la gente y eso le hacía la persona más feliz del mundo.

5. Pablito el bajito

Había en un pueblo un niño que era muy bajito y estaba muy acomplejado por su pequeña estatura. Además los amigos siempre se lo hacían saber, lo pequeño que era.



Un día él y varios amigos (de los que siempre se metían con su estatura) se fueron al campo. De golpe aparecieron unas nubes negras y se empezó a oscurecer el día. Una fuerte tormenta les pillo y para resguardadse de la lluvia, buscaron cobijo, ya que estaban a varios kilómetros del pueblo.
Después de un buen rato buscando, encontraron una cueva y se metieron en ella. La cueva era muy bajita y todos tenían que ir agachados, menos Pablito que era como se llamaba el niño bajito.
De golpe se sintió un ruido en el fondo de la cueva y todos se asustaron, menos Pablito, que aunque era más bajito, era el más valiente de todos. La lluvia era muy fuerte y relámpagos y truenos no paraban.
El ruido se iba acercando y todos en la puerta de la cueva temblando, sin saber que hacer.
Pablito cogió un palo y se adentró en busca del ruido.
Minutos más tarde se presentó con un pequeño cordero en la mano.
Los amigos le dieron un abrazo y desde entonces, para ellos dejo de ser bajito.
La grandeza de las personas, no se mide en centímetros.

6.Nilu y Gato

Nilu decía a todo el que quería oírla que su gatito Gato era sorprendentemente listo.
Presentó a Gato al señor perro, al gallo Ki y al pájaro Pió.
Un día la madre de Nilu escucho piar en la habitación de la niña.
-¿No tendrás un pájaro Nilu?
- No mama, es Gato.- el gatito hizo pio pio
- ¡Dios mío!.- exclamo la madre de la niña.- este gato esta loco
- No mama es que .........- la madre no le dejo acabar la frase.
Otro día el padre de Nilu escucho ladrar.
- Nilu no tendrás un perro en la habitación
- No papá, es Gato.- el gatito hizo guau guau
- ¡Santo cielos este gatito esta enfermo!
- No papa es que es .....- Pero tampoco le dejo acabar la frase.
Una mañana muy temprano los padres de Nilu se despertaron asustados al oír un gallo cantar. Corrieron a la habitación de Nilu, sobre el armario de la niña estaba Gato dando los buenos días con su kiriquiki.
- Esto no puede continuar así, tendremos que llevarlo al veterinario, este gato esta muy loco. Y así fue, como padres, niña y el gato fueron a visitar al veterinario,
- A ver Gato, qué es lo que dicen que puedes hacer ¿guau?.- Pregunto el veterinario.-Y el gatito hizo guaua
- Y piar ,sabes piar?.- Y el gato pió
- Nilu, por qué crees que tu gatito es tan raro, ¿qué le puede estar pasando?
- Nada, dijo la niña
- ¿Nada?.-Preguntaron padres y veterinario
- Mi gatito no es raro, es muy listo por que sabe idiomas.
- Pues sí que es listo.- dijo el veterinario
- Miau miau.- dijo Nilu.- eso es lo que siempre digo yo, que mi gatito es muy listo.

7.De la luna caía agua 

Érase una vez al principio de los tiempos, un pueblecito llamado Silasol.
Los habitantes de Silasol eran pobres y se dedicaban a cultivar la tierra, pero había un problema, cuando sembraban la cosecha no daba fruto, pues no tenían luz solar. Pero también había otro problema, siempre era de noche y de la luna ¡caía agua!
Se mantenían con fuego pero tenían muy poca leña porque la luna la mojaba.
Los habitantes de Silasol estaban desesperados, no tenían ni luz ni cosecha.
Al final decidieron rezar al cielo todos los días para esperar que ocurriera un milagro.
Nada, todo seguía igual.
Hasta que un día, después de mucha esperanza, apareció en el cielo una bola de luz y calor.
Los habitantes de Silasol pensaban que no les sevicia para nada tener aquella bola si no secaba todo lo que la luna mojaba, y además se iría.
Al día siguiente se quedaron sorprendidos al ver un día con luz. Y la cosecha había florecido, todas las personas bailaban y cantaban dando gracias al cielo.
Y después descubrieron que aquella bola de luz salía todas las mañanas y secaba lo que la luna mojaba.
Un dia la luna dejo de tirar agua.
Los habitantes de Silasol estaban tan contentos que decidieron poner un nombre a aquella bola de luz y calor.
Decidieron llamarla Sol.
Desde aquel dia los habitantes del pueblecito fueron felices para siempre.

Desde aquel momento el sol sale todos los días y lo vemos siempre y lo seguimos llamando sol al igual que le pusieron los habitantes de Silasol.

8. ¿sueño o ilusión? 
Había una vez un niño que se llamaba Pablo. Era un niño normal, aunque no del todo. El no dormía. Nunca dormía. Y por su culpa, llamamos Ilusiones a los sueños y sueños a las ilusiones.
Antiguamente, las ilusiones sólo las teníamos estando despiertos y los sueños mientras dormíamos.
Pero sucedió una gran tragedia.
Como Pablo no dormía nunca, el Sueño estaba enfadado. Todas las noches, se quedaba a vigilar al lado de la cama del niño, esperando que diera una cabezadita y poder meterse dentro de él. Pero pasaban los días y el niño no se rendía jamás. La Ilusión veía a Sueño a través de los ojos de Pablo y se mofaba de él.
-Soy más fuerte que tú, Sueño. Vete a buscar otro niño.
-No me moveré de aquí. Finalmente tendrá que dormir y entonces me apropiaré de él y no te volveré a dejar entrar.
Pasaba el tiempo y el sueño seguía expectante, vigilando a Pablo día y noche. Hasta que un día, ocurrió. La gran tragedia.
La Ilusión, cansada de haber trabajado mucho ese día, decidió sacar la cabezita para respirar un poco de aire fresco, y el Sueño, que estaba alerta, la vió. Sin pararse a pensar, la cogió por los pelos, y tirando de ella, la sacó del cuerpo de Pablo, quedando éste dormido al instante.
Cuando se liberó de la mano del Sueño. la Ilusión ya no pudo volver a entrar, porque Pablo dormía profundamente.
-¡¡¡¡Ríete ahora, Ilusión tonta, ríete!!!! Ahora me toca a mí.- Y se abalanzó sobre el niño. Pero la Ilusión, furiosa, se interpuso entre ellos y cogiendo al Sueño, se embarcaron en una feroz pelea.
Cada golpe que daba uno, era devuelto por el otro. Todo estaba muy igualado. Cualquiera de los dos podía ser el vencedor. Entonces, los golpes comenzaron a encrudecerse y de repente, debido a esos golpes, la Ilusión y el Sueño, mucho más frágiles de lo que ellos mismos pensaban, comenzaron a despedir diminutas estrellitas de colores. Millones de estrellas con luces brillantes. Después. destellos de luces fluorescentes. Cada vez más estrellitas, más luminosas, más resplandecientes. Y poco a poco el Sueño y la Ilusión se fueron deshaciendo, convirtiéndose en destellos luminosos y mezclándose, sin remedio, por los siglos de los siglos.
Desde ese día, confundimos el Sueño con la Ilusión. Soñamos estando despiertos y soñamos con nuestras ilusiones.
-¿Y tù? ¿Sabes cuando lo que tienes es un sueño o cuando una ilusión?
Porque yo, aún, lo intento averiguar.